El desengaño del migrante refugiado

Por Pablo Emilio Beltrán Bejarano

Cuando un ser humano, migra generalmente lo hace en busca de un bienestar que ya no tiene en el lugar en donde originalmente estaba, o en donde nació, generalmente buscando una situación igual o mejor a donde estaba, o al menos no peor cuando la esperanza se ha perdido, y en su terruño natal las cosas empeoran cada día más.

Más triste aun es la situación de quien migra en calidad de refugiado político, perseguido en su tierra por reivindicar las necesidades y luchas de las clases menos favorecidas, y cuando el Estado en lugar de incentivar la labor de estos hombres y mujeres, se dedica a acorralarlos, perseguirlos y amenazarlos, solo porque piensan diferente al estamento o al régimen sin importar cuál sea su orientación política, porque los gobiernos totalitarios y autoritarios de las dos extremas políticas siempre han perseguido a quien disiente por alguna razón.

Aterrizando esta situación vamos a un pequeño país centro americano, el más pobre de ellos, hecha la excepción de Haití, que pese a ser uno de los primeros países independientes de América vive en una miseria proverbial, casi absurda y aterrorizada con los resultados de los desastres naturales que eventualmente le azotan (terremotos y huracanes) y los ecos del más terrorífico régimen, de una especie de monarquía democrática instaurada por los Duvalier durante muchos años.

Volviendo al país motivo de análisis que es Honduras, su situación política ha sido bastante convulsionada durante los últimos años, luego del golpe de estado contra el gobierno de Manuel “Mel” Zelaya Rosales, séptimo presidente constitucional después de la restauración de la democracia en 1982, luego de un largo régimen militar.

En este contexto y luego del derrocamiento del liberal Zelaya, han venido 3 gobiernos conservadores, inicialmente el de Porfirio “Pepe” Lobo y luego en dos ocasiones seguidas Juan Orlando Hernández Alvarado, quien de paso hizo los “arreglos necesarios” a la Constitución de 1982 que prohibía la reelección, gobierno bastante cuestionado, porque si bien los Estados Unidos de América lo consideran un gobierno aliado en la lucha contra el narcotráfico, Juan Antonio Hernández, más conocido como “Tony” fue procesado y condenado por una corte de ese país bajo los cargos de narcotráfico, tráfico de armas y falso testimonio, además está el oscuro episodio del fallecimiento en un accidente aéreo de su Hermana Hilda Hernández; hecho que no creen muchos hondureños y analistas internacionales, quienes piensan obedece más a una estrategia del régimen de Hernández Alvarado (están convencidos que cambio de identidad y reside en otro lugar dentro o fuera de Honduras, y además con bajo perfil), para que su hermana no fuera procesada junto con su hermano “Tony”, pues existían fuertes sospechas que la agrónoma también se encontraba involucrada en los oscuros negocios de la “familia presidencial”.

Todos esos sucesos desencadenaron una fuerte oposición política liderada por Manuel Zelaya y Salvador Nasrralla antiguo presentador de televisión y excandidato presidencial (perdió en la reelección de Hernández Alvarado), este movimiento concretó la realización de diversos actos de protesta contra el gobierno, entre ellos una legendaria “Marcha de Antorchas”. Cabe aclarar a situación ya venía bastante tensa desde marzo de 2016, cuando la conocida activista ambiental Bertha Cáceres fue asesinada, hechos en los cuales se ha señalado participaron miembros de las fuerzas armadas hondureñas, y la entonces presidenta del Partido Nacional (partido al cual pertenece el actual presidente) y vicepresidenta del Congreso Gladys Aurora López Calderón y su esposo.

En medio de toda esa tensa situación política empezó a destacarse el activismo de un defensor de los derechos humanos Erlin Mejía Andino un joven discapacitado que padece de osteogenia imperfecta (huesos de cristal), que lo ha obligado a permanecer en una silla de ruedas, lo que no ha sido obstáculo para que haya participado junto con el movimiento “Indignados” (del cual es cofundador) en la marcha de las antorchas y otros movimientos de protesta, algunos de los cuales ha encabezado en contra del régimen del Partido Nacional y del presidente Hernández Alvarado.

Por todo ese activismo ha sufrido diversas amenazas, y un hecho bastante delicado cuando una hermana suya que para 2016, tenía 15 años de edad y quien es sordomuda, fue secuestrada por un sujeto llamado Osman Amador, quien además de ser militante del partido de gobierno, forma parte de una organización delictiva de trata de personas en situación de discapacidad, en especial sordomudos, los cuales son enviados fuera de Honduras para ser destinados al ejercicio de la mendicidad y la prostitución, incluso señaló que paralelo a las hordas migrantes que iban desde su país hasta los Estados Unidos, un grupo de al menos 200 sordomudos iba a ser agregado en estas caravanas para introducirlos luego de manera ilegal en los el país del norte.

Ante esta situación y la poca efectividad de la Justicia Penal en el proceso en contra del agresor de su hermana, decidió pedir apoyo a algunas ONG, y al gobierno sueco para obtener un asilo político y así llegó a Estocolmo en 2017, ciudad desde donde ha continuado con el activismo en favor de sus hermanos hondureños víctimas de régimen del Partido Nacional en cabeza de Juan Orlando Hernández Alvarado, además de persistir en su denuncia en contra de la “red de trata de sordomudos”, auspiciada por las organizaciones mafiosas que apoyan en la sombra al gobierno actual.

Sin embargo en los últimos tiempos la Corona Sueca le ha hecho saber que no puede continuar con su estancia en ese país , que el gobierno hondureño está en capacidad de protegerlo a él y su familia, y en consecuencia debe abandonar Suecia y regresar a Tegucigalpa y de allí a Danlí (su pueblo natal), aunque es claro para Mejía Andino, que una vez ponga un pie en su país, inmediatamente su vida y la de los suyos va a estar en serio peligro, frente a las oscuras fuerzas que en el pasado ya lo han amenazado, e incluso a la policía nacional hondureña, que en una ocasión durante el año 2015 lo secuestró aunque por un corto periodo, y cuyos miembros en más de una ocasión tanto de manera velada como directa lo han amenazado.

Según Mejía Andino, por parte de abogados y otras personas conocedoras de su caso, inclusive una diputada sueca, su proceso de solicitud de amparo de refugiado político estuvo mal tramitado, y no se explica la razón, ya que este le fue adelantado por un jurista chileno (que huyó del régimen de Pinochet), quien tiene bastantes conocimientos por haber llevado con éxito varios procesos de esa naturaleza, además que es una celebridad conocida dentro del ámbito judicial del reino de Suecia.

Sin duda esta una situación desesperada para una persona que desde su situación personal se ha preocupado por los derechos humanos de sus coterráneos, un ciudadano que en medio de sus limitaciones decidió ser la voz de quienes no la tienen en Honduras frente a un gobierno marcado por sus oscuros procederes, y la ambigüedad de ser aliado de la USA frente al flagelo del narcotráfico, pero que a su vez tanto el presidente como sus hermanos se han visto enredados en esa telaraña, tanto que su hermano menor hoy está condenado a una pena que va de los 40 años a cadena perpetua por delitos de narcotráfico, tráfico de armas y falsedad testimonial.

Solo resta esperar que las gestiones de última hora que Erlin Mejía Andino ha emprendido para mantener su estatus de refugiado político, logren su cometido, pues ya ha recibido tres avisos para disponer su regreso, el cual por causa de las restricciones impuestas por la cuarentena del Covid 19 se ha visto retrasado, lo cual le ha dado oportunidad a realizar esas nuevas gestiones, en un país que si bien se ha caracterizado por la afabilidad en el buen trato que ha dado a los refugiados políticos, en los últimos años merced a la acción del Partido Nacionalista, esta ha disminuido, en razón a que esa organización política ha manifestado a través de sus voceros y en diversos escenarios que muchos de los asilados y refugiados son solo unos oportunistas mentirosos que se han inventado historias de persecución en sus países para ir a vivir bien a costas de la Corona Sueca.


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